No hay un tratamiento simple para eliminar los signos y síntomas de la cistitis intersticial, ni un tratamiento único que funcione para todos. Es probable que necesites probar varios tratamientos o combinaciones de tratamientos antes de que encuentres un enfoque que alivie los síntomas.
Fisioterapia
Con la ayuda de un fisioterapeuta puedes aliviar el dolor pélvico relacionado con la sensibilidad en los músculos, los tejidos conjuntivos restrictivos o las anomalías musculares en el piso pélvico.
Medicamentos orales
Entre los medicamentos orales que pueden mejorar los signos y síntomas de la cistitis intersticial se incluyen los siguientes:
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroides, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o naproxeno sódico (Aleve), para aliviar el dolor.
- Antidepresivos tríciclicos, como amitriptilina o imipramina (Tofranil), para ayudar a relajar la vejiga y bloquear el dolor.
- Antihistamínicos, como loratadina (Claritin, otros), que pueden disminuir la frecuencia y la necesidad de orinar, y aliviar otros síntomas.
- Pentosan polisulfato de sodio (Elmiron), que está aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos, particularmente para el tratamiento de la cistitis intersticial. Si bien se desconoce cómo funciona, puede recuperar la superficie interna de la vejiga, la cual protege la pared de la vejiga de sustancias en la orina que podrían irritarla. Podrían transcurrir dos o cuatro meses antes de que comiences a sentir alivio del dolor y hasta seis meses para experimentar una disminución en la frecuencia urinaria.
Entre las técnicas de estimulación nerviosa, se incluyen las siguientes:
- Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. Con la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, impulsos eléctricos leves alivian el dolor pélvico y, en algunos casos, reducen la frecuencia urinaria. La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea aumenta el flujo sanguíneo hacia la vejiga. Esto puede fortalecer los músculos que ayudan a controlar la vejiga o activar la liberación de sustancias que bloquean el dolor.
Se colocan cables eléctricos en la parte baja de tu espalda o justo arriba del pubis y estos envían impulsos eléctricos (el tiempo y la frecuencia del tratamiento dependen de lo que se recomienda a cada persona).
- Estimulación del nervio sacro. Los nervios sacros son la unión principal entre la médula espinal y los nervios de la vejiga. Con la estimulación de estos nervios se pude reducir la urgencia urinaria asociada a la cistitis intersticial.
Mediante la estimulación del nervio sacro, un cable fino ubicado cerca de los nervios sacros envía impulsos eléctricos hacia la vejiga, algo similar a lo que sucede con un marcapasos en el corazón. Si el procedimiento disminuye los síntomas, pueden implantarte un dispositivo permanente mediante una cirugía. Este procedimiento no controla el dolor por la cistitis intersticial, pero puede ayudar a aliviar algunos síntomas de la frecuencia urinaria y la urgencia por orinar.
Distensión de la vejiga
Algunas personas observan una mejoría temporal en los síntomas después de someterse a una cistoscopia con distensión de la vejiga. La distensión de la vejiga es el estiramiento de la vejiga con agua. Si experimentas una mejora a largo plazo, es posible repetir el procedimiento.
Medicamentos instilados en la vejiga
En la instilación de la vejiga, el médico coloca el medicamento recetado, sulfóxido de dimetilo (Rimso-50), en la vejiga mediante un tubo delgado y flexible (catéter) que se introduce a través de la uretra.
En ocasiones, la solución se combina con otros medicamentos, por ejemplo, un anestésico local, y permanece en la vejiga durante alrededor de 15 minutos. Orinas para expulsar la solución.
Es posible que recibas semanalmente tratamiento con sulfóxido de dimetilo, también denominado DMSO, durante seis a ocho semanas y, luego, tratamientos de mantenimiento según sea necesario, por ejemplo, cada dos semanas, durante un año.
Un enfoque más nuevo de instilación de la vejiga utiliza una solución que contiene los siguientes medicamentos: lidocaína, bicarbonato de sodio y pentosano o heparina.
Cirugía
En muy pocas ocasiones, los médicos recurren a la cirugía para tratar la cistitis intersticial ya que, con la extirpación de la vejiga, no se alivia el dolor y esto podría provocar otras complicaciones.
Las personas con dolor intenso o aquellas cuyas vejigas pueden retener solo volúmenes muy pequeños de orina están en condiciones de someterse a una cirugía, pero generalmente solo después de que otros tratamientos no fueron exitosos y los síntomas afectan la calidad de vida. Entre las opciones quirúrgicas se incluyen las siguientes:
- Fulguración. Este tratamiento mínimamente invasivo implica la colocación de instrumentos a través de la uretra para quemar las úlceras que pueden presentarse con la cistitis intersticial.
- Resección. Este es otro tratamiento mínimamente invasivo que implica la colocación de instrumentos a través de la uretra para cortar alrededor de las úlceras.
- Aumento de la vejiga. Para aumentar la capacidad de la vejiga, en este procedimiento el cirujano coloca un parche de intestino en la vejiga. Sin embargo, esto solo se realiza en ocasiones muy específicas y poco frecuentes. El procedimiento no elimina el dolor y algunas personas necesitan vaciar la vejiga con un catéter muchas veces al día.