Algunos tipos de hipospadias son muy leves y no requieren cirugía. Sin embargo, el tratamiento generalmente incluye cirugía para reubicar el orificio de la uretra y, si es necesario, enderezar el cuerpo del pene. Por lo general, la cirugía se realiza cuando el niño tiene entre 6 y 12 meses.
Si el pene tiene una apariencia anormal, no se debe realizar la circuncisión. Si el hipospadias se detecta durante la circuncisión, se debe completar el procedimiento. En cualquier caso, es recomendable la derivación a un urólogo pediátrico.
Cirugía
La mayoría de los tipos de hipospadias se pueden corregir en una única cirugía que se realiza de manera ambulatoria. En algunos tipos de hipospadias, será necesario realizar más de una cirugía para corregir el defecto.
Cuando el orificio uretral está cerca de la base del pene, es posible que el cirujano tenga que usar injertos de tejido del prepucio o de la parte interior de la boca para reconstruir el conducto urinario en la posición correspondiente y corregir el hipospadias.
Resultados de la cirugía
En la mayoría de los casos, la cirugía da resultados muy satisfactorios. Casi siempre, el pene luce normal después de la cirugía, y también se normalizan la función urinaria y la sexual.
En ocasiones, se hace un agujero (fístula) a lo largo de la parte inferior del pene, donde se creó la nueva vía urinaria, lo que produce la pérdida de orina. Rara vez, se presenta algún problema con la cicatrización. Estas complicaciones pueden requerir una cirugía adicional para la reparación.
Atención de seguimiento
Tu hijo necesitará ir a un par de consultas con el cirujano después de la cirugía. Después de eso, se recomienda el seguimiento regular con el urólogo pediátrico de tu hijo una vez que haya aprendido a ir al baño y en la pubertad, a fin de verificar la cicatrización y detectar posibles complicaciones.